Entrevista a Selman Nacar

Pocos inicios tan prometedores como el del realizador turco Selman Nacar (1990). Abogado de formación, completó sus estudios de cine en la Universidad de Columbia y debutó en el largometraje con Entre dos amaneceres (2021). El film es una coproducción de Nephilim y fue ganador del Premio WIP del Festival de San Sebastián, del que también forma parte nuestra productora. Tras estrenar la película en la sección New Directors de la cita donostiarra, volvió a alzarse con el WIP en 2022 por Hesitation Wound, también coproducida por Nephilim, que se presentó el pasado septiembre en el Festival de Venecia. 

Defensor de que el guion es lo fundamental para lograr financiación para una película y de que hay que contar las historias desde el corazón, Nacar alaba el papel de los festivales y aboga por hallar «soluciones creativas» para trasladar las ideas a la pantalla más allá del presupuesto. 

  • Estudiaste Derecho, pero has desarrollado tu carrera profesional en el mundo del cine. ¿Cómo y por qué decidiste tomar este camino?

Como joven idealista, creía que podía provocar un cambio en la sociedad con mis conocimientos de Derecho y que era mi deber luchar por una vida más justa y pacífica. Sin embargo, hasta el momento en que decidí dedicarme al cine como profesión, había un enorme vacío en mi interior que no podía describir. Durante años cambié de ciudad, de país y de universidad en su busca, y cuando conocí el cine, ese vacío se llenó de repente y definitivamente. Los que viven en grandes ciudades pueden estar familiarizados con los platós de cine, pero como alguien que creció en Uşak, vi un plató de cine por primera vez en mi vida cuando paseaba por Galata después de empezar la universidad. Sentí que el cine era una profesión que reflejaba plenamente mi personalidad con su nutrición de muchas ramas artísticas, su trasfondo filosófico y su aspecto de campo basado en la organización.

  • Has entrado en esta industria por la puerta grande. Estrenaste tu ópera prima, Entre dos amaneceres, en la sección New Directors de San Sebastián y tu segundo largometraje, Hesitation Wound, en el apartado Orizzonti de Venecia. ¿Cómo ha sido debutar en dos de las citas cinematográficas más importantes del mundo?

Crear una película supone un largo viaje, desde la concepción de la idea hasta su producción final. Ver el producto acabado en la gran pantalla por primera vez, rodeado de innumerables espectadores y, sobre todo, del entregado equipo, evoca una sensación de magia. Estoy realmente encantado de experimentar esta sensación en prestigiosos festivales de cine. Estos momentos tienen un significado inmenso, infunden una profunda sensación de satisfacción y permiten llegar a un público más amplio, alimentando así la inspiración para futuros proyectos cinematográficos.

  • En San Sebastián, de hecho, te has alzado en las dos ocasiones con el Premio WIP Europa en el que participa The Circular Group a través de la productora Nephilim y que conlleva ayudas a la posproducción y la distribución. ¿Cómo fue el proceso de presentar tus proyectos a este concurso?

Durante la fase de solicitud, habíamos completado el rodaje y el montaje de la película, pero carecíamos del presupuesto necesario para la posproducción. Esto nos llevó a presentar nuestra candidatura al WIP del Festival de San Sebastián. El festival había apoyado dos de mis películas durante sus fases de producción, y la verdad es que no podría haber alcanzado el nivel de calidad de la posproducción sin su ayuda. Para mí, el Festival de San Sebastián tiene un valor inmenso en múltiples frentes. No sólo ha prestado un apoyo crucial a mis proyectos, sino que también tiene un significado sentimental por ser el lugar donde se proyectó mi primera película. Por ello, San Sebastián siempre ocupará un lugar especial en mi corazón.

  • ¿Qué crees que es lo más importante a la hora de conseguir financiación y poder levantar una película?

Sinceramente, no me había planteado esta cuestión antes; mi atención se centraba únicamente en crear la película que había imaginado. Aunque la financiación de una película puede ser un reto, creo firmemente que un guión convincente tiene el poder de atraer apoyos, de una forma u otra. Sin embargo, es crucial contemplar cómo maximizar la calidad de la película dentro de los límites del presupuesto. Esto implica buscar soluciones creativas para garantizar que el guion se traslade perfectamente a la pantalla, independientemente de las limitaciones financieras.

  • El cine turco ha estado muy presente en el panorama cinematográfico de las últimas décadas con cineastas como Nuri Bilge Ceylan, Reha Erdem y Semih Kaplanoğlu, por citar sólo algunos nombres. ¿Hacia dónde crees que se está orientando en la actualidad? ¿Consideras que, en tu generación, existen rasgos comunes (ya sea en temas, en estilos…), que se puede hablar de un movimiento como fue en los noventa el Nuevo Cine Turco?

Es difícil generalizar para mi generación, pero dados los recientes años tumultuosos en Turquía, tanto económica como políticamente, he notado un claro reflejo de estas experiencias en el cine. A diferencia de los directores anteriores, que quizás empleaban un enfoque más moderado con la cámara, ahora hay una tendencia notable hacia una cinematografía más dinámica y activa. Creo que este cambio puede deberse a la ira generalizada y a los problemas sociales que se entretejen en el tejido de la narración. Los cineastas parecen canalizar estas emociones y desafíos en sus narraciones, lo que se traduce en una intensidad y una urgencia palpables en el lenguaje visual del cine turco contemporáneo.

  • ¿Qué le aconsejarías a un joven que quiera dedicarse al cine?

Crear una película es una tarea de enormes proporciones que exige una profunda conexión con el arte cinematográfico. Es un viaje que requiere algo más que una mera habilidad técnica; requiere una profunda comprensión de por qué te sientes obligado a contar esta historia en particular. Todo cineasta debe preguntarse introspectivamente: ¿Qué me impulsa a crear esta película? En esa respuesta reside la esencia de lo que hará que la película sea realmente especial. Es fundamental mantener este principio rector cerca del corazón y de la mente durante todo el proceso de rodaje, para que infunda autenticidad y propósito a cada fotograma.

  • ¿Cuáles son las tres películas que consideras imprescindibles en tu vida?

Tres colores: Azul, de Krzysztof Kieślowski; El sabor de las cerezas, de Abbas Kiarostami, y 4 meses, 3 semanas y 2 días, de Cristian Mungiu.

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