Entrevista a Virginia Yagüe

Guionista «pura», de las que se sienten más cómodas frente a la hoja en blanco que tras la cámara. Responsable de las tramas y diálogos de una de esas series que, tarde tras tarde congregó a más de dos millones de personas frente a la pantalla y que llevaba por nombre Amar en tiempos revueltos. Defensora de la igualdad en la industria, que promovió desde la presidencia de CIMA hasta 2018 y, ahora, centrada en la defensa de los derechos del sector audiovisual al frente de DAMA, que colabora con Cortogenia, el festival de Great Ways, empresa perteneciente a The Circular Group, para dar visibilidad a las nuevas generaciones de cineastas. Se llama Virginia Yagüe y, durante esta entrevista, nos confiesa que, si tuviera que elegir, le resultaría «imposible» quedarse con una sola película —sentimiento que, desde aquí, compartimos—, pero que la última serie que ha disfrutado ha sido White Lotus 

  • Virginia Yagüe: guionista, productora, presidenta de la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA) hasta 2018 y, ahora, presidenta de Derechos de Autor de Medios Audiovisuales (DAMA). ¿En cuál de estos ámbitos te sientes más cómoda?

Soy esencialmente guionista. Además, guionista pura. No ambiciono dirigir y, a la producción ejecutiva llegué por un afán de controlar los propios contenidos que yo misma proponía desde los parámetros que yo consideraba coherentes, no por ninguna otra razón. Así que esa es mi profesión y mi vocación. Mi compromiso asociativo tiene que ver con una implicación personal y ética hacia los colectivos de los que formo parte. Digamos que son espacios que tengo muy diferenciados aunque reconozco sentirme muy cómoda en todos ellos.

  • Dos de las ficciones más populares de TVE como Amar en tiempos revueltos y La señora llevan tu firma. ¿Cómo fue escribir una serie diaria, con todo el trabajo de guion que eso conlleva? ¿Cómo planteabais las tramas?

Las series diarias son un formato muy concreto y reglado. Están sujetas a la generación de un gran volumen de contenido para generar una media de 200 o 250 capítulos por temporada así que, en lugar de elaborar un capítulo semanal, nos enfrentamos a la creación de bloques de capítulos (generalmente de 5 a 6). Evidentemente esto exige una estructura muy concreta en cuanto a la conformación de los equipos de guión que son numerosos y se dividen por competencias (argumento/escaletas y diálogos alternan en paralelo su labor) mientras hay figuras indispensables que diseñan la biblia de temporada (generalmente dividida por líneas argumentales tutelares compartimentadas en cuatrimestres) como son coordinación (en ocasiones tricéfala para ocuparse del control general, de argumentos y de diálogos) Amar en tiempos revueltos hizo historia de la tv, entre otras cosas porque después de la primera temporada decidimos cambiar la trama troncal para así no saturar y hacer inverosímiles los argumentos al alargarla. Tanto Rodolf Sirera (creador) como yo veníamos de muchas experiencias previas en muchas series diarias ocupando distintos puestos (coordinación, diálogos, argumentos) y sabíamos muy bien el desgaste que se producía en el formato al acumular temporadas, así que optamos por esta solución que tan maravilloso resultado dio, tanto en TVE como posteriormente en Antena 3. Amar es para siempre llega a su fin en la próxima temporada pero desde luego puede ser valorada como un hito referencial dentro de la ficción televisiva nacional.

  • ¿Cómo das ese salto desde la profesión hasta la representación y la defensa de los derechos del audiovisual?

Lo primero que hice al comenzar a trabajar como guionista fue sindicarme en ALMA (Sindicato de guionistas). Las primeras cuotas incluso me las pagó mi padre. Para mí era natural buscar los derechos para nuestro entorno profesional entre otras cosas porque mis profesores de guión fueron Lola Salvador y Manolo Matgi, ambos fundadores de ALMA y posteriormente de DAMA, la entidad de gestión de derechos específica para los medios audiovisuales. Así que mamé desde mis inicios la importancia de trabajar para consolidar los derechos del colectivo de los autores audiovisuales y también desde otros colectivos como CIMA, que es una asociación profesional que aúna a muchas especialidades y que trabaja específicamente para garantizar la igualdad dentro de nuestro sector. Siempre asumo esta responsabilidad como algo que debo al colectivo y a los futuros/as guionistas, tal y como me enseñaron mis maestros. También lo asumo como una implicación que necesariamente es temporal y ajena a contrapartidas económicas que garantice la independencia de criterios y toma de decisiones.

  • Cuando un autor os confía la gestión de los derechos de su obra, ¿cuál es el procedimiento que seguís? ¿Qué pasos dais para garantizar esa protección?

Cuando un autor nos confía la gestión de sus derechos, registra sus obras en DAMA manifestando su porcentaje de participación. A partir de entonces, DAMA recauda los derechos de remuneración que se devengan por la explotación de sus obras en distintos medios (cines, festivales, televisión, plataformas…). DAMA recaba de estos usuarios toda la información acerca de la explotación que han realizado de cada una de las obras, recauda los importes de acuerdo con las tarifas generales de la entidad, y distribuye a cada uno de sus socios y administrados las cantidades que les corresponden. La recaudación de derechos generados en el extranjero se liquida a través de los convenios celebrados con otras entidades de gestión internacionales. 

Además de esta labor esencial de recaudación y reparto de los derechos, DAMA ofrece a sus socios numerosos servicios y ventajas, que van desde ayudas aprobadas por la Comisión de Fondos, la utilización de instalaciones, y el asesoramiento sobre sus derechos. 

  • Desde DAMA organizáis el certamen DAMA Cortos para fomentar este formato, sobre todo entre los nuevos creadores, y el trabajo ganador puede verse en Cortogenia, el festival organizado por Great Ways, empresa perteneciente a The Circular Group. ¿Cómo valoras esta colaboración para potenciar y visibilizar la producción audiovisual?

A través de DAMA Cortos, ofrecemos 25.000€ para la producción de un cortometraje ganador. Un premio que incluye su posterior distribución y entreno en el festival Cortogenia. Desde la entidad creemos que este exitoso certamen internacional con más de 20 años de experiencia es el escenario perfecto para acoger su presentación.

Valoramos enormemente la colaboración con Cortogenia y Great Ways, ya que nos permite amplificar el alcance y la visibilidad de los cortometrajes que nacen a través de DAMA Cortos, brindando así una plataforma valiosa para impulsar la producción audiovisual y apoyar a los creadores y creadoras en su desarrollo profesional.

  • ¿Cuáles crees que son los retos a los que se enfrenta la industria española y, sobre todo, esos nuevos nombres para consolidarse?

Seguir avanzando apostando por la calidad y la autoría. En este sentido nuestro panorama debe seguir apostando por la pluralidad y la diversidad de propuestas que hable de un escenario rico y dinámico. Para ello es necesario tener bien cubiertos los derechos de los creadores a veces vulnerados por nuevos sistemas de producción y exhibición (me remito a las recientes huelgas en Estados Unidos de los sindicatos de guionistas y actores/actrices) El audiovisual ocupa un lugar esencial dentro de nuestro consumo y se vio de forma muy concreta durante la pandemia. Pero es que además el audiovisual genera patrones sociales de referencia por tanto también debemos estar muy atentos a las propuestas que se lanzan desde los contenidos audiovisuales haciendo un ejercicio de consciencia y responsabilidad hacia los consumidores más sensibles como menores o distintos colectivos sistemáticamente obviados y no representados.

  • En los últimos años, hemos visto una eclosión de nuevas directoras que han cosechado numerosos galardones en festivales internacionales. Como expresidenta de CIMA, ¿crees que todavía queda mucho por avanzar en materia de igualdad en el sector audiovisual?

Los datos del último informe CIMA indican que todavía estamos lejos de la igualdad. Las mujeres representan solo el 37% de profesionales dentro de nuestro sector y todavía hay especialidades altamente masculinizadas. Todavía estamos lejos del 50% aunque el dato ha ido subiendo. Por otro lado, hay un dato que desde hace más de 5 años no se mueve: las compañeras directoras cuentan, de media, con presupuestos que suponen menos de la mitad de los presupuestos que obtienen los compañeros varones para hacer sus películas, lo que reduce significativamente las posibilidades de publicidad y distribución de sus películas y nos habla de una desigualdad estructural. Es cierto que partimos de un dato peor que el de los varones y, sin embargo, muchas compañeras son premiadas y reconocidas en festivales internacionales. Es decir, partiendo de una situación desfavorable el índice de éxito de esas autoras es más alto que el de los compañeros varones. ¿Se traduce esto en una continuidad estable de sus carreras, en dotaciones presupuestarias más altas para sus siguientes películas, en garantías de todo tipo? Desafortunamente en muchas ocasiones la respuesta es negativa y es donde hay que seguir apoyando y trabajando.

  • Para despedirnos, dedicándote a este sector, la pregunta es obligada. ¿Con qué película o qué serie te quedas?

Imposible elegir una. Yo me formé viendo grandes clásicos de los que no me puedo desprender. Desde Cantando bajo la lluvia a Eva al desnudo, pasando por el neorrealismo italiano y, por supuesto, los grandes melodramas de Douglas Sirk. Son revisiones obligadas. También las españolas, por supuesto. Casi todas las películas de Manuel Gutiérrez Aragón, Fernando Fernán Gómez, las producciones de Querejeta, Saura, Pilar Miró y Josefina Molina. Por supuesto luego llego a propuestas contemporáneas actuales como el cine de Kore Eda, Claire Denis, Céline Sciamma, Isabel Coixet, Iciar Bollain o Paula Ortíz.

La última serie que he disfrutado ha sido White Lotus y, entre mis favoritas, Happy Valley y Fleabag, sin duda.

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